Profundidad, del latín profundĭtas, es la cualidad de profundo
(algo que resulta más hondo que lo regular, que se encuentra
extendido a lo largo o que penetra mucho). La profundidad también hace
referencia a la parte honda de algo, por lo general una piscina.
Por ejemplo: “Ten cuidado: esta piscina tiene una profundidad de casi tres metros”, “Se internó en la profundidad del bosque y nunca más regresó”, “A medida que descendía, la cueva parecía tener una profundidad cada vez mayor”.
La profundidad permite nombrar a la dimensión de los cuerpos perpendicular a una superficie dada. En las superficies planas, la profundidad es sólo un efecto que se logra de acuerdo a diversas técnicas y al uso de las proporciones: “El artista logró una sensación de profundidad con líneas tenues y un cuidado uso de la luz”, “Ese cuadro es muy real: tiene tanta profundidad que pareciera que uno va a caerse adentro”.
En un sentido metafórico o simbólico, la profundidad es la penetración u hondura de las ideas o los pensamientos. Lo profundo, por lo tanto, resulta opuesto a lo superficial. En otras palabras, la profundidad implica llegar hasta la esencia de una cuestión y no quedarse en lo aparente: “Es un libro muy profundo, donde el autor desnuda su alma y entrega sus confesiones más privadas”, “No soporto a los actores que quieren demostrar su profundidad en cada entrevista y terminan hablando de cualquier cosa”.
Una herida profunda, por último, es aquella que atraviesa la piel y puede adentrarse en el cuerpo hasta llegar a los músculos y huesos: “La profundidad de la herida obligó a los médicos a operar de forma urgente
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