ASOMBRANDO AL MUNDO DESDE AUSTRALIA
Los aborígenes australianos. Un pueblo casi arrasado, una cultura casi perdida, secularmente condenada a la miseria en la inmensidad de un país que figura siempre en las estadísticas como uno de los de mayor desarrollo del mundo. En el norte de esa inmensa isla-continente, en la región de Arnhem Land, vive unos de esos grupos aborígenes, una de las más antiguas culturas del planeta, el clan de los Gumatj Yolngu, en medio de ua enorme pobreza que no les ha hecho perder esa sabiduría de los pueblos primitivos según la cual, para ellos " Nosotros no somos propietarios de la tierra; la tierra es dueña de nosotros". Entre ellos nació Gurrumul Yunupingu (1970). Aquel niño pobre en medio de una comunidad pobre era además ciego de nacimiento. Nunca aprendió el Braille, el lenguaje de los ciegos, y sin embargo mostró desde la adolescencia un talento enorme para la música: es un multiinstrumentista capaz de tocar la guitarra, los teclados, la batería y, desde luego, el instrumento tradicional de su clan: el didgeridoo (o yidaki, en la lengua nativa), un largo tubo curvado, de madera, al que los aborigenes asocian incluso propiedades curativas.
Con ese bagaje ancestral, este cantante y músico, ciego y zurdo, asombró a Australia en 2008, cuando publicó su primer disco, homónimo, en el que introducía ritmos diversos a partir de cantos tradicionales de su clan, empleando su lengua nativa. Sus melodías a veces se asemejan a las baladas que nos son familiares, pero una voz especialmente cautivadora las hace enormemente personales y atractivas. Desde entonces, no ha parado de recoger premios y su fama se ha ido extendiendo a velocidad enorme en este mundo de redes, de manera que hoy asombra al mundo. No es para menos. Ese disco merece la pena. Deberías escucharlo completo. Probad con este vídeo. Seguro que os gusta: Djaramirri. Sobre una serpiente del arcoiris. Querréis oir más canciones de Gurrumul.