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Tomado de
Tomado de
Tocando el Cielo....
...Siempre es mejor ver el mundo al revés...
ROMANCE DE LA ORTOGRAFÍA
Profe, yo sé qué es la luna
y una calle, y un programa
de televisión, entiendo
la moda de temporada,
las series y las canciones
de frecuencia modulada.
También escribo poemas
de amores y de nostalgia,
tengo la carpeta llena,
mire la contraportada.
¿Qué si leo? Diez minutos,
y el superpop y ragazza,
y mi signo del zodiaco
me tiene muy preocupada.
Pero lo que no me sé
es eso de las palabras,
Que no se me dan muy bien,
las cuestiones ortográficas.
Iba es con b o con v,
lleva mayúscula Málaga,
y se le pone una tilde,
pero no sé colocarla.
Dónde la palabra alcohol
tiene la h intercalada,
Si gitana va con g,
¿por qué es con jota jirafa?
Mire, usted apruébeme
y no me cuente las faltas,
que por h o por b
al final meto la pata.
Profe, yo sé qué es la luna
y una calle, y un programa
de televisión, entiendo
la moda de temporada,
las series y las canciones
de frecuencia modulada.
También escribo poemas
de amores y de nostalgia,
tengo la carpeta llena,
mire la contraportada.
¿Qué si leo? Diez minutos,
y el superpop y ragazza,
y mi signo del zodiaco
me tiene muy preocupada.
Pero lo que no me sé
es eso de las palabras,
Que no se me dan muy bien,
las cuestiones ortográficas.
Iba es con b o con v,
lleva mayúscula Málaga,
y se le pone una tilde,
pero no sé colocarla.
Dónde la palabra alcohol
tiene la h intercalada,
Si gitana va con g,
¿por qué es con jota jirafa?
Mire, usted apruébeme
y no me cuente las faltas,
que por h o por b
al final meto la pata.
MOZART PARA NIÑOS
Esta es la historia de un genio
que en el pasado milenio
hacía brillar el sol
con su do re mi fa sol.
Fue Mozart un bebé tierno
que llegó al mundo en invierno
y cuenta quien allí estaba
que en vez de llorar, cantaba.
Mientras los niños de al lado
jugaban a ser soldados
con espadas diminutas,
él movía la batuta.
Con seis años, el pispajo,
iba ya de arriba abajo
tocando, ¡vaya trajín!,
el piano y el violín.
El éxito era rotundo:
¡le aplaudía todo el mundo!
y dejaba boquiabierto
al que oía su concierto.
Era Amadeus menudo,
muy gracioso y narigudo,
aprendía muy deprisa
¡y todo le daba risa!
Nannerl llamaba bufón
al niño alegre y burlón:
"Este hermanito me asombra:
¡se ríe hasta de su sombra!"
Como el niño concertista
era guasón y bromista,
tocaba con la nariz:
¡tocando era tan feliz...!
Además de muy simpático,
era un genial matemático,
un infante muy brillante
con memoria de elefante.
Cumplidos los ocho años,
aunque nos parezca extraño,
Mozart compuso un buen día
su primera sinfonía.
Dentro de su cocorota
bailaban cientos de notas
y formaban todas ellas
las melodías más bellas.
Ya daba la serenata
con sus óperas, sonatas,
sinfonías y cuartetos:
¡era un artista completo!
Después de muchas andanzas
se enamoró de Constanza.
Juntos pasaron la vida,
pobre, pero divertida.
Amadeus con maestría
componía noche y día,
Su existencia musical
tuvo un oscuro final,
pues murió de modo extraño
con solo treinta y seis años..
Aunque Mozart, a su modo,
no se fue nunca del todo:
está aquí y todo lo llena
cuando su música suena.
Su música, ¡qué delicia!,
mima, envuelve y acaricia,
se cuela directa al centro
y hace cosquillas por dentro.
Esta es la historia de un genio
que en el pasado milenio
hacía brillar el sol
con su do re mi fa sol.
Fue Mozart un bebé tierno
que llegó al mundo en invierno
y cuenta quien allí estaba
que en vez de llorar, cantaba.
Mientras los niños de al lado
jugaban a ser soldados
con espadas diminutas,
él movía la batuta.
Con seis años, el pispajo,
iba ya de arriba abajo
tocando, ¡vaya trajín!,
el piano y el violín.
El éxito era rotundo:
¡le aplaudía todo el mundo!
y dejaba boquiabierto
al que oía su concierto.
Era Amadeus menudo,
muy gracioso y narigudo,
aprendía muy deprisa
¡y todo le daba risa!
Nannerl llamaba bufón
al niño alegre y burlón:
"Este hermanito me asombra:
¡se ríe hasta de su sombra!"
Como el niño concertista
era guasón y bromista,
tocaba con la nariz:
¡tocando era tan feliz...!
Además de muy simpático,
era un genial matemático,
un infante muy brillante
con memoria de elefante.
Cumplidos los ocho años,
aunque nos parezca extraño,
Mozart compuso un buen día
su primera sinfonía.
Dentro de su cocorota
bailaban cientos de notas
y formaban todas ellas
las melodías más bellas.
Ya daba la serenata
con sus óperas, sonatas,
sinfonías y cuartetos:
¡era un artista completo!
Después de muchas andanzas
se enamoró de Constanza.
Juntos pasaron la vida,
pobre, pero divertida.
Amadeus con maestría
componía noche y día,
una música excelente
que fascinaba a la gente.Su existencia musical
tuvo un oscuro final,
pues murió de modo extraño
con solo treinta y seis años..
Aunque Mozart, a su modo,
no se fue nunca del todo:
está aquí y todo lo llena
cuando su música suena.
Su música, ¡qué delicia!,
mima, envuelve y acaricia,
se cuela directa al centro
y hace cosquillas por dentro.
De vez en cuando conviene leer este fascinante escrito de Robert Fulghum.
Todo lo que necesito saber lo aprendí en la Escuela Infantil
Todo lo que realmente necesito saber sobre cómo vivir y cómo ser, lo aprendí en la Escuela Infantil. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de los títulos académicos, sino en el montón de arena del patio.
Estas son las cosas que yo aprendí:
- Compartirlo todo.
- Jugar sin hacer trampas.
- No pegar a la gente.
- Poner las cosas donde las encontré.
- Arreglar mis propios líos.
- No coger las cosas que no son mías.
- Decir “lo siento” cuando hiero a alguien.
- Lavarme las manos antes de comer.
- Tirar de la cadena del wc.
- Las galletas y la leche son buenas.
- Vivir una vida equilibrada: aprender algo, pensar algo, dibujar, pintar, bailar, jugar y trabajar algo todos los días.
- Echarme la siesta cada tarde.
- Cuando salgo al mundo, tener cuidado del tráfico, agarrarnos de la mano y permanecer juntos.
- Estar atento a las maravillas.
- Recordar la pequeña semilla en el vaso: las raíces van para abajo y las plantas crecen hacia arriba y realmente nadie sabe cómo ni por qué, pero nosotros somos igual que eso.
- Los peces de colores, los hámster, la tortuga e incluso la primera semilla del vaso se mueren, así que también lo haremos nosotros.
Robert Fulghum
Isa...* :))